¿Enjaulados en el aula?

Llevamos dos semanas de curso y durante esta última he tenido una conversación con un director de instituto muy fructífera, quizá porque no me dejaba hablar. Se sentaba frente a mí con una de esas coloridas camisas que tanto nos gustan a quienes le conocemos y detestan quienes lo rechazan. Toni Solano es el director que cualquier madre querría tener para su hija o padre para su hijo (aquí los roles se amplían: tía, abuela… En otro día escuché por primera vez el término “hijo prestado”), la familia es algo más que padre o madre. Si perteneciera a su claustro, el del IES Bovalar, sé que disfrutaría aunque seguro que en algún momento discreparíamos. Pero llegados a ese punto dialogaríamos. 

Con su primer libro educativo (ya era hora) Toni dialoga con nosotros, no nos deja meter baza (es lo que tiene la lectura que es unidireccional), pero nos va desgranando un pensamiento urdido a través de los años. El diálogo crece cuando lo que lees, en ese libro que lleva por título Aula o Jaula, lo pones en discusión con tu experiencia personal, ahí se da un diálogo interno en el que Toni no puede meter baza. Transitar por sus páginas me ha llevado a pensar y repensar mi labor docente, he compartido en Twitter (me resisto a llamarlo X) varios párrafos que me han llamado la atención. Incluso he subrayado uno para enviárselo por WhatsApp a Elena que también es docente. Ya he dejado el libro en su mesita de noche para que lo lea. Será una lectura diferente, no hay dos lecturas iguales, para empezar no conoce a Toni no lo leerá con su voz, pero le permitirá dialogarse. Para ella es su segundo curso lectivo y necesita maderas a las que asirse (¿recuerdas tus primeros cursos?). 

Uno de los textos que resalté públicamente fue he conocido claustros en los que unos me contaban maravillas del centro, mientras otros del mismo centro aborrecían su situación. Sinceramente, no creo que haya dos vivencias docentes iguales, ni siquiera compartiendo los mismos grupos. Verdad como un puño que me permite avanzar y perogruyar, no hay dos centros iguales, ni siquiera las etapas educativas son similares.

Este curso trabajaré con alumnado absentista, a pesar de que Toni diga que la erradicación del absentismo solo se logrará haciendo del centro un espacio atractivo al que vengan con ganas, que también, participo en un Programa de Unidades de Acompañamiento en el que ejercemos como “entrenadores personales” de un alumnado seleccionado por su riesgo a abandonar. Pues bien, la semana pasada estuve en un centro de primaria haciendo una reunión de tránsito, la idea era extrapolar metodología del centro de primaria al de secundaria que linda y separa una puerta, mismo barrio, mismo entorno, misma realidad. Me resonaban las palabras del director cuando repetía que lo importante es “el cariño y la firmeza”, tan próximo a mi mantra educativo “firmeza y cercanía” del que escribí el lunes pasado. Nos habló de la existencia de asambleas a primera hora desde infantil hasta sexto de primaria; de los móviles; de la prohibición de traer al recreo otra cosa que no sea lácteo, bocadillo y/o fruta… Contagiaba su energía. Pero yo no creía que todo aquello fuese posible en Secundaria. Sé, aunque espero equivocarme, que el instituto no será un centro con cero expulsiones como lo es el de primaria o que ningún profesor o profesora va a hacer una asamblea anticipando lo que se va a hacer durante el día; incluso veré, si me apuras, más de un Red Bull o Monster por los pasillos… 

Toni Solano nos presenta una joya, fundamentalmente centrada en la etapa de secundaria y postobligatoria. Me ha encantado el libro. Solo me queda esperar que alguna maestra o maestro se anime a hacer lo mismo con primaria y ya si alguna otra persona se aventura a hacer un análisis entre ambas etapas viendo que sería bueno coger de primaria para secundaria y viceversa, pues miel sobre hojuelas… Lo que daría yo por vivir una asamblea con la esencia de infantil en Secundaria, incluso en Bachillerato. Gracias Toni por tu libro. Ahora que has arrancado a por el segundo…


PD: Te recuerdo que tienes a tu disposición la newsletter El timbre del desarrollo personal, al igual que por aquí, suelo escribir semanalmente.

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