
“Si hace una serie de años se veía la necesidad de que se incluyesen las TICs en la escuela, ahora lo que se reclama, lo que tiene que venir ya, es la educación emocional.”
María Barceló. Maestra de primaria.
Se dijo de Iñaki Urdangarín que era el yerno que toda madre querría tener y la persona iluminada se equivocó, vaya que si se equivocó. Yo me atrevo a decir sin temor a equivocarme que María Barceló es una de esas directoras que toda familia querría tener para su colegio.
Quedar con ella para conversar fue difícil: reuniones en Consejería, gestiones en el equipo de dirección… Alguna noche acabamos con el mensaje en wasap “María tienes que estar cansada, lo dejamos para otro día”. Un día sobre las 21:30 recibí el mensaje: “Terminada reunión. Aparcando, a las 22:00 hablamos”. “No María, otro día” respondí. Siempre se disculpaba. María es humana, muy humana, por aquel entonces llevaba sobre sus espaldas varios cursos en dirección del CEIP Menéndez y Pelayo en Valverde del Camino (Huelva) , dejándose el resto, desfondándose, porque cree en el cambio y en el trabajo bien hecho. Lo transmite y lo contagia.
Cuando conversé con María era un final de curso vertiginoso donde las tareas se acumulan. Da la sensación de que en dirección no se para nunca. Buscar un momento de tranquilidad en el día a día es complicado. María, por fin, pudo encontrar un hueco para compartir sus experiencias en el podcast. Reconoce que en toda esta vorágine practica técnicas de autorrelajación, encontrando con estos ejercicios una consciencia de lo que pasa, le permite estar más presente y asumir la responsabilidad con mayor eficacia. Charlamos sobre educación emocional, yoga y mindfulness, cuestiones que se abordaron en el Encuentro Andaluz de Blogs Educativos (EABE) de 2015 que se desarrolló en Córdoba. Para María aquel EABE fue un volcán en erupción de aprendizajes, sensaciones y momentos que quedan grabados a fuego. Hoy por hoy todo es fundamental trabajar en colaboración, favorecer el intercambio de inteligencia entre el alumnado y aprender entre iguales es. Esa premisa es aplicable a los profesionales de la Educación también, como he señalado en otros capítulos estos encuentros (“saraos educativos”) cumplen con esa idea del aprendizaje colaborativo, que se pretende para el alumnado pero que se aplica en la metodología ese días compartiendo.
El cambio en estrategias educativas reporta motivación en el alumnado, cuando en vez de tener que ir al ejercicio número cuatro de la página dieciseis de un determinado libro el alumnado aprende por proyectos se ven esos cambios en su día a día, en su emocionalidad. María asegura estar viviendo un auténtico momento de cambio y vamos a tener la suerte de poder disfrutarlo.
Aquel curso en su centro lo empezaron con unas jornadas de Humor-Amor, comenzaron la formación de principio de curso con una sesión de risoterapia y fijaron que el eje del curso escolar debería ser la educación emocional.
Si hace una serie de años se veía la necesidad de que se incluyesen las tecnologías de la información y la comunicación en la escuela, ahora lo que se reclama, lo que tiene que venir ya, es la educación emocional.
María contó un ejemplo concreto: se daba la circunstancia de que un alumno que tenía una serie de conductas contrarias a la convivencia de manera reiterada. Se le habían aplicado todos los protocolos de convivencia, sin ningún éxito. Se llegó a un punto en el que la única solución que quedaba era la expulsión, siendo conscientes que expulsar a un niño de educación primaria de su aula es un fracaso del sistema educativo. En la comisión de convivencia, surgió la siguiente idea por parte de una maestra de Educación Infantil, “como hay que suspenderle determinadas horas de clase, durante ese periodo, tendría que ir a las clases de infantil a recibir el programa de Educación Emocional que se hace para los más pequeños todas las mañanas cuando entran en clase.” Durante diez días se tomó esta medida, y el chaval asistió por la mañana durante la primera sesión, no faltó a ninguna, esto supuso un aprendizaje práctico en emociones, el chaval empezó a comprender qué le pasaba y cómo podía cambiar. El aprendizaje lo llevó a su casa y a su grupo de iguales. Pasado un tiempo el equipo directivo se reunió con Servicios Sociales, la familia y el niño, en aquella reunión se constató y valoró positivamente el cambio producido. Se había revertido el pensamiento derrotista “con este ya no hay nada que hacer” en base a una intervención en la Educación Emocional.
Quizá en este tipo de casos sea importante apelar a la creatividad y romper inercias instaladas en el día a día. Incluso podemos utilizar herramientas como el yoga o el mindfulness.
En el CEIP Menéndez y Pelayo los alumnos de quinto y sexto tienen sesiones de relajación al inicio de las clases y su efectos son notables. Esta experiencia hace que probablemente se amplíe a otros cursos y momentos del día, por ejemplo a la vuelta del recreo. María considera que el yoga también es fundamental, ya que permite romper esa tendencia a estar pensando varias cosas a la vez y no centrarte en el momento. Recriminamos a nuestros alumnos que no se centran, sin embargo, vivimos en una sociedad en la que a la vez que estamos con el ordenador, miramos el teléfono móvil, atendemos a la puerta, rellenamos un documento… Una sociedad multisensorial es buena para unas cosas pero es necesario concentrarse para ser eficiente y eficaz en los aprendizajes.