«Cuando la persona que dinamiza desaparece, la cibercomunidad cae»
Iñaki Murua (Profesor en HABE)

Desde 2012 imparto docencia en el Máster Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, de la Universidad de Deusto. La inquietud e interés que estos estudiantes tienen por la formación para ser profesores en enseñanzas medias me cautiva cada año.
Me gusta empezar rompiendo el hielo en la presentación hablando sobre mi película favorita, Love Actually, ambientada en navidad (mi docencia se realiza en torno a diciembre). Esta película coral británica sostiene la máxima de que “el amor está en todas partes”. Les cuento el inicio, una voz en off del primer ministro británico llamado David (Hugh Grant) dice:
“Siempre que me siento pesimista por cómo está el mundo pienso en la puerta de llegadas del aeropuerto de Heathrow. La opinión general da a entender que vivimos en un mundo de odio y egoísmo, pero yo no lo entiendo así. A mí me parece que el amor está en todas partes. A menudo no es especialmente decoroso ni tiene interés periodístico, pero siempre está ahí. Padres e hijos, madres e hijas, maridos y esposas, novios, novias, viejos amigos… Cuando los aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas que yo sepa ninguna de las llamadas telefónicas de los que estaban a bordo fue de odio y venganza; todas fueron mensajes de amor. Si lo buscáis, tengo la extraña sensación de que el amor en realidad está en todas partes.”
Planteo que al igual que el amor, el aprendizaje está en todas partes, lo encontramos de la forma más sofisticada en un plan de estudios de un máster universitario, pero también en la situación más informal en el bello claustro de la universidad bilbaína, por ejemplo. Incluso la red es un medio que posibilita el aprendizaje.
Empecé a leer a Iñaki Murua Anzola en 2007, cuando arrancaba su andadura bloguera en su BOTXOTIK ZIBERESPAZIORA (traducción: del Botxo, forma cariñosa de denominar a la capital vizcaína, al ciberespacio). Sus reflexiones y las de otras personas en una época en la que los blogs educativos estaban en plena efervescencia, nutrían mi aprendizaje.
Iñaki, bilbaino (sin tilde) hasta cuando se propuso hacer su tesis doctoral “Las cibercomunidades de aprendizaje y la formación de profesorado”. No le servía fijarse en una comunidad concreta sino que aspiró a entender lo que son, en términos generales, las cibercomunidades de aprendizaje. Bilbainada, o no, aquel propósito se materializó el mes julio de 2015 con una calificación sobresaliente cum laude, y posteriormente, premio extraordinario de doctorado, que acreditan la calidad, el empeño y las horas invertidas en ese estudio. En septiembre de ese mismo año pasó por el podcast El Recreo.
Comentó que una cibercomunidad de aprendizaje consiste en aprender de y con personas como se ha hecho siempre pero utilizando como vehículo las TIC. Internet y los sitios de redes sociales han supuesto un impacto en la forma de relacionarnos, han posibilitado ampliar nuestra red y ha generado nuevas formas de aprendizaje.
Según el Nielsen Global Trust in Advertising Survey de 2015, el 83 % de los usuarios creen en las recomendaciones de otras personas, que se vehiculizan a través de las Redes Sociales. El poder de las redes es profundo y una dinamización eficaz es la clave para un enriquecimiento común. Abrirse un perfil en una red social implica apostar por el diálogo en red, donde la comunicación irá en múltiples direcciones. Mantener una estrategia de dinamización es fundamental para conseguir una mayor participación e interacción.
En el término cibercomunidad se hace referencia a ciber en su vertiente virtual pero con un connotación de realidad, de un entorno que se concreta, por otra parte implica la existencia de una comunidad, varias personas. También precisa una serie de condicionantes como pueden ser la consecución de unos objetivos comunes en un ámbito de aprendizaje no formal o informal.
Existen dos niveles básicos de competencia para las personas que forman parte de una cibercomunidad, por una parte la competencia o madurez digital, que las personas sean capaces de sentirse cómodas en el entorno digital y por otra la voluntad de compartir aprendizaje, conocimiento…
Otro de los ingredientes importantes para que una cibercomunidad se sostenga en el tiempo es la necesidad de facilitación, una figura, un núcleo de coordinación que impulse el debate o genere un caldo de cultivo suficiente para que la comunidad llegue a ponerse en marcha ¿Cuántos grupos de Whatsapp o Telegram mueren con el tiempo porque nadie facilita el debate? El propósito para el que nacieron desaparece, de igual manera una cibercomunidad languidece si no se alimenta la comunicación, aprendizaje al fin y al cabo.
En la tesis cuando aborda la idea de liderazgo, hace referencia al concepto de dinamizadores de aprendizaje informal en una organización de Jesús Martínez Marín. Este autor propone que «en todas las organizaciones existen personas que tienen […] un componente especial […] que los hace muy populares, valorados y requeridos en asuntos de conocimiento y aprendizaje.” De la observación de esas personas, concluye en la experiencia que cita que las cuatro grandes áreas ligadas a esos comportamientos intuitivos son: conector de personas; curador de contenidos; facilitador de aprendizajes e impulsor de escenarios de colaboración, de cocreación.
Iñaki remarcaba que no participamos de la misma forma en todos los entornos y se dan figuras como los fisgones (luckers) en la red que únicamente consumen y no producen o comparten. Esta persona puede ser alguien que se esté incorporando a la red y está viendo como funciona, también puede ser alguien que por su ocupación en ese momento no puede aportar más y se limita a leer, por último podría ser esa persona que no quiere participar. Para que se dé una cibercomunidad de aprendizaje debe haber un mínimo de compromiso en la participación, en este sentido cuando se da una obligatoriedad en la participación, esta suele subir. Otra cuestión a tener en cuenta es la calidad de dicha participación.
En las cibercomunidades se antoja imprescindible un mínimo de participación, siendo esta colaborativa, precisando una atención y dinamización, asumiendo que va a existir un porcentaje importante de participación pasiva.
En la conversación surgió el concepto de sinergia macramental, que recogió del grupo Aprendices donde compartió debate con profesionales como Lorena Fernández. Este concepto, incorporado en esta tesis de Iñaki para tratar de explicar la relación entre diversas personas en una red de la que formamos parte, a modo de macramé, esa composición a base de cuerda que desarrolla el arte de atar nudos, sumado a la sinergia que implica que la suma de los nudos es más que los nudos por separado.
Todo fluye y progresa en este ámbito de las cibercomunidades, cumpliendo la teoría de Zygmunt Bauman en su libro “Tiempos líquidos” donde se constata que todo cambia constantemente, es difícil la permanencia. Cambia todo, hasta la forma en la que aprendemos. Eso sí, el aprendizaje como el amor está en todas partes. Eso es inmutable.
(Capítulo 3 del libro Aprende y disfruta publicado en 2019 por la editorial libros.com)