Atrévete a soñar

Shangri-La fue citado por James Hilton en la novela Horizontes perdidos (Lost Horizon) para describir el lugar donde las personas son casi inmortales. Se ha utilizado el término para hacer referencia a un lugar donde se da cierta longevidad. Uno de esos sitios corresponde al pueblo del señor Miyagi (Karate Kid), Okinawa. Para Dan Buettner en su charla TED una de las razones por las que la gente de este pueblo japonés vive más se debe a que tienen un ikigai que significa “la razón de vivir” o “la razón de ser”. Si tenemos claro para qué nos levantamos por las mañanas viviremos más, asegura. También Ken Robinson nos habla del ikigai, aunque él lo denomina El Elemento, magnífico libro que recomiendo.

Me sigue sorprendiendo la escena final de Billy Elliot cuando le preguntan qué sentimientos experimentas cuando bailas.

Billy tenía claro que su razón de ser era el baile.

¿Qué hacemos nosotros con nuestros adolescentes para que descubran su ikigai?

Cabe señalar que en la adolescencia se dan una cadena de decisiones que se prolongarán durante buena parte de su vida, por lo que es un periodo determinante.

Para Edwin Donald Super la madurez vocacional es percibida como la habilidad del individuo para hacer frente a las tareas necesarias para la carrera durante una etapa particular de la vida. Esta habilidad se evalúa comparándose con otros individuos que se están enfrentando a las mismas tareas en el mismo periodo vital.

La toma de decisiones tiene un componente más psicológico que lógico y está influida por los sistemas de valores, por la cultura de la edad y por las destrezas personales propias de cada estadio vital.

Influye en ella diversas variables, a destacar las ambientales ya que el nivel ocupacional del padre y la madre, la calidad de los estímulos culturales y grado de cohesión familiar serán determinantes para la madurez vocacional.

El proyecto de vida personal y concreto que se plantea el individuo, determina su rendimiento académico e influye en el grado de adaptación y satisfacción que alcanza en su vida de estudiante.

Para el MEC en 1992 todo programa de orientación vocacional debe favorecer el desarrollo de los siguientes aspectos, que interactúan entre sí:

  • El autoconocimiento o conocimiento de sí mismo: conocerse supone reflexionar sobre cómo uno es.
  • El conocimiento tanto de las oportunidades académicas y profesionales que brinda el sistema educativo y sus perspectivas, como de las posibilidades laborales que oferta el mercado de trabajo.
  • Un procedimiento para aprender a planificar un progreso personal de vida, que conduzca a tomar decisiones autónomas y responsables basado en la adecuación de las características y expectativas personales.

Toma una gran importancia el hecho de atreverse a soñar.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s